Mientras en otros países ya se habla de aumentar los incentivos para contar con una movilidad más ecológica y eficiente, nosotros seguimos viendo ir y venir modelos con lo último en tecnología más amigable con el medio ambiente, sin que, hasta el momento, haya un proyecto gubernamental que los haga más accesibles.
Sí, por ahí vemos algunos modelos de Tesla, el Model 3, el más accesible cuesta 35 mil dólares, Leaf con un costo de 499,900 pesos, el Chevrolet Volt, por el que hay que desembolsar 751 mil 600 pesos, BMW i3 con un precio de 769 mil 900 pesos, el Ford Fusion con un rango de precio que inicia en 421 mil 200 pesos y, desde luego, el Toyota Prius cuya propuesta híbrida ha dejado a los demás mordiendo el polvo, con sus números de venta en el mercado nacional. La razón…El precio, desde luego.
Este modelo arranca en 362 mil 300 pesos y llega a los 426 mil 200 en su versión más equipada, de ahí que con los costos de los hidrocarburos que se han ido a la estratosfera la mayoría ha corrido literalmente por su Prius, el cual circula diario y está libre de pagar el impuesto del ISAN, la pesadilla de la Verificación, la Tenencia y así estemos en medio del Apocalipsis podrá circular a diario.
Recientemente llegó del garaje de la marca coreana el SUV híbrido Niro con una versión que cuesta 508 mil 400 pesos, que también se perfila como un serio rival para el Prius, ya veremos al final del año quien lo hizo mejor.
Todo lo anterior nos revela que existe una oferta más que considerable en el mercado nacional de autos que son eficientes, contaminan menos y obviamente demandan menos combustible. Sin embargo, el gobierno ha pasado de noche en esta materia limitándose a programas como el Hoy No Circula, además de un transporte público que deja mucho que desear.
Una muestra de lo que está ocurriendo en el mundo viene de la Unión Europea que anunció una inversión de 50 millones de euros, para financiar propuestas de movilidad eficiente y sostenible.
Esta inyección de capital se integra a los diferentes programas ya existentes en el Viejo Continente en el que se busca unificar una estrategia que ayude a adquirir un vehículo impulsado por tecnologías alternativas, además de impulsar su desarrollo, en el que están incluidos los eléctricos, híbridos, hidrogeno, gas natural e, incluso, las motocicletas eléctricas, así como la evolución de las estaciones de recarga.
Una comparación sería simplemente ridícula, pero lo que es alarmante para nosotros es que no existe ningún plan que recompensé o motive a adquirir alguno de estos modelos. Las marcas ya hicieron su parte al traerlos, pero ¿y las autoridades?.