El rival a vencer en el Infierno verde es Porsche que con su bólido 911 GT2 RS logró un tiempo de seis minutos 43 segundos y 3 milésimas, con lo que es el auto de producción más rápido del mundo.
Sí, ya sabemos que si alguien debe tener esta corona es la casa de Stuttgart quienes con cada entrega nos sorprenden con su deportividad y la evolución del performance de sus autos, aunque Lamborghini, McLaren y Ferrari les hayan llenado los espejos aún se quedan mordiendo el polvo.
La nueva bestia de las pistas presume de un motor biturbo 3.8 litros de seis cilindros que entrega una potencia de 700 caballos de fuerza con un empuje de 750 Nm, lo necesario para incendiar el asfalto y alcanzar los 100 kilómetros por hora en 2.8 segundos. Larga vida el rey de la velocidad.