Estéticamente luce tan impresionante como aquella vez que debutó en el Autoshow de Detroit de 2019, gracias a cada componente colocado sobre la carrocería, pintada en color azul y con las características franjas de carreras colocadas a lo largo de la carrocería, todo un conjunto que de inmediato deja ver su claro enfoque hacia los circuitos.
Cuenta de ello la dan la enorme parrilla que permite el ingreso de la mayor cantidad de aire para refrigerar el motor, la respiración del motor, las dos entradas de aire ubicadas en los extremos inferiores de la fascia que canalizan el doble de aire que las del Shelby GT350 a sus radiadores, así como las piezas clave que mejoran su aerodinámica: difusores frontales inferiores, los faldones laterales, el difusor inferior trasero y el alerón ubicado sobre la cajuela.
Todo esto se complementa con un juego de rines de aluminio de 20 pulgadas en negro brillante, montados sobre neumáticos Michelin Pilot Sport 4, cuyos seis brazos dobles dejan ver los discos ventilados de 420 milímetros al frente y 370 atrás, mordidos por cálipers firmados por Brembo de seis y cuatro pistones, respectivamente.
Para poner a prueba sus características y cualidades, Ford nos convocó al Centro Dinámico Pegaso, de modo que la emoción está a flor de piel. Al abrir la puerta izquierda para acomodarnos en el puesto de manejo, te dan la bienvenida los asientos Recaro forrado en piel.
Una vez hecho esto buscamos desesperadamente el botón de encendido para presionarlo y escuchar como el motor V8 con bloque de aluminio, de 5.2 litros supercargado, con 760 caballos de fuerza, cobra vida, esto es música para nuestros oídos; inclusive pasamos por alto el sistema de infoentretenimiento con SYNC 3 con pantalla táctil a color de 8 pulgadas y el equipo de sonido B&O con 12 bocinas.
Buscamos la palanca convencional de la transmisión para ponernos en movimiento, sin embargo, fue sustituida por una perilla que giramos hasta Drive para comenzar con la diversión. La aceleración es tremendamente brutal e instantánea, gracias a las 625 libras-pie de torque que llegan a las ruedas traseras, mientras insertamos cada cambio con las paletas detrás del volante.
Al enfrentar las curvas no se necesita recargar todo el peso sobre el pedal del freno, pues el nivel de adherencia es tan notable, que difícilmente podrás desviarte de la trayectoria, esto en buena medida por los neumáticos deportivos que equipa el GT500, así como por la suspensión con amortiguadores regulables, que ayudan a la estabilidad y equilibrio del coche.
Por varias horas, este circuito improvisado se convirtió en nuestro parque de diversiones, y en donde el GT500 fue esa montaña rusa de la que no te quieres bajar por todas las sensaciones que te provoca.
El motor es descomunal, tal y como lo imaginamos, y mantiene ese carácter agresivo que provoca su torque, disponible prácticamente en todo el rango de revoluciones. Los frenos soportaron el castigo sin ningún síntoma de fatiga, ofreciendo en todo momento un tacto consistente y un recorrido corto al presionar el pedal.
El Shelby GT500 es un coche que debe ser reconocido por muchos aspectos pues ha superado a sus antepasados y es impresionante por sí solo, el cual está disponible en nuestro mercado, por un precio de $2,415,000.
FORD SHELBY GT500 2021
MOTOR: V8 5.2 litros supercargado
POTENCIA: 760 hp.
TORQUE: 625 libras-pie.
TRACCIÓN: Trasera.
TRANSMISIÓN: Automática de doble embrague de 7 velocidades con modo manual.